Este es un texto que escribí hace tiempo, y nunca lo publiqué aquí.
» Creo que fue ese el gesto por el que me enamoré de él. No sé si se puede llamar enamoramiento en realidad, y, aunque penseis que es una chorrada, para mí lo significó todo. Significó que yo le importaba, que estaba pensando en mí y que se preocupaba si yo no estaba ahí, con él. Un simple gesto que no hay día que yo no recuerde, porque me pongo a pensarlo, y, sinceramente, nadie había hecho eso por mí, jamás. Y tampoco creo que nadie lo vuelva a hacer. Esa es la razón por la que me gusta él, aunque ya no esté aquí. Supongo que cuando estamos en fase de enamoramiento no nos damos cuenta de si nos hace daño o de si no nos conviene, sólo vemos lo bonito.