Pienso en que...
-Ha pasado tanto tiempo y yo sigo aquí como si todo y tú ahí como si nada.
-He perdido la cuenta de los Meganes que he contado esperando que seas tú.
-No sé con quién hablar ni qué hacer cada vez que te echo de menos.
-Cada vez que alguien me pregunta por ti me rompo un poquito más por dentro.
-Sardina ya no es mi playa preferida. Ya no tengo playa preferida, ¿sabes?
-Mis canciones favoritas ya no lo son tanto.
-Soy incapaz de borrar tus fotos, mensajes, vídeos, notitas, etc, porque si lo hiciera, sería como borrarte a ti definitivamente.
-El helado ya no cura mis penas. Y la verdad es que nadie se puede imaginar cuán grave es eso para mí.
-Hasta los atardeceres más bonitos en Agaete se han vuelto odiosos.
-Cuando me acuerdo de ti intento pensar en lo malo, pero lo bueno siempre acaba superponiéndose.
-No he vuelto a besar a nadie más. Ni a querer, ni a dejarme querer. Ni siquiera a dejar que entren en mi vida... no como lo hiciste tú.
-Tampoco he vuelto a dejar que nadie, absolutamente nadie, coma ni beba en mi coche. Y que, como ya sabes, a ti sí te dejaría...
-Siempre que paso por la rotonda que lleva a tu casa no puedo evitar echar la vista hacia arriba, por si algún casual apareces, pero la realidad es que nunca lo haces.
-De tanto buscarte en cualquier parte he llegado a darme cuenta de que la marca "Audi" es tu nombre si le quitas una vocal. Y claro, eso ya es de loca, así que supongo que a esta parte de mi vida la titularé "de cómo el amor nos vuelve psicópatas".
No sé realmente por qué te he vuelto a escribir, ni siquiera creo que llegues a leerlo, pero como ya dijo Arthur Miller: "la mejor forma de olvidar a una mujer es convertirla en literatura". Quizá sea aplicable también a los hombres, de modo que eso estoy tratando de hacer. Convertirte en unas simples palabras, para que de alguna manera, dejes de dolerme.