miércoles, 16 de julio de 2014

Segundas oportunidades nunca fueron buenas

Siempre he sido y seré una de esas personas que necesitan contar las cosas para desahogarse, porque creo que guardarlas para sí mismas hace que duelan más, que la gente no te comprenda.

La verdad es que muchas veces me cuesta entenderte. Es como si fueras bipolar. Y sí, obviamente, querría estar contigo, bien, sin dramas, pero es tan difícil... Podría hacerte una lista de las cosas que me gustan de ti, cosas que a otras personas les parecerían estúpidas, como ese gesto que haces cuando te pasas la mano por el pelo, o cada vez que dices: MIRAAA, y se te escapa como un gallo en la última A, o tu cara de serio cuando echas gasolina y yo te miro embobada desde el coche. Son detalles pequeñísimos por los que yo sí volvería a estar contigo, sin dudarlo. 
Pero luego está tu otra parte, la que se comporta como un energúmeno cada vez que te hablo como si te molestara, como si todo te diera igual. Esa parte que a la mínima me dice que está agobiado, que aparta de su lado a las personas que le importan, que cuando se cabrea la paga con el mundo entero.
Y supongo que si yo seguía aquí y no me había ido es porque tenía la esperanza de que algún día entiendas que personas como yo, que te aguanten tus manías y tus reglas, hay muy pocas.

Escribo todo esto para decirte que ya no puedo más. Que ya no me pregunto por qué con otras tías sí funcionó y conmigo no. Que ya no me culpo por nuestra ruptura. 
Obviamente, durante este tiempo estuve con otro tíos también, y ni te imaginas la de veces que lloré porque no podía estar con otra persona y no pensar en ti. Ni la de veces que pensé: no es igual. 

Y ojalá algún día puedas llegar a sentir por alguien lo que yo siento cada vez que me miras, cuando se te ponga el corazón en la boca, cuando tiembles sin ninguna razón y cuando pases noches enteras sin dormir por haber discutido, y echarás huevos y harás lo que sea para que esa persona siga en tu vida. entonces vas a acordarte de mí, y entenderás por qué hice lo que hice en su día, y sobretodo, por qué lo sigo haciendo...
Que muchas cosas cambian en un año. Que yo no estoy preparada para dejarte volver. Que siempre serás una parte importante de mi vida, y que si desapareces, se quedarán solo los buenos momentos.
Que te estoy superando, que ya no lloro por ti. Que sé que llegará un día en el que pueda hablar de ti sin que se me encharquen los ojos y se me encoja el corazón. 

Gracias, por enseñarme algo que ya sabía pero en lo que no creía: "Segundas oportunidades nunca fueron buenas".







viernes, 2 de mayo de 2014





No estoy para nadie, no estoy en tu piel, ya no estoy...


Salto a los charcos, quemo el portal. 
No es igual, no es igual, no es igual.
Ya no me parto la cabeza en el bar. 
No es igual, no es igual, no es igual.


No es igual que te marches, no es igual que no estés.

martes, 22 de abril de 2014

"Memorizing him was as easy as knowing all the words to your old favorite song".

jueves, 13 de marzo de 2014

Me da igual

Una llamada, un mensajito. Vienes a recogerme, me subo a tu coche. Y entonces... de nuevo la misma discusión de siempre.
 ¿A dónde vamos hoy? —me preguntas.
—No sé, me da igual. Donde tú quieras.
Ya estamos, Sandra... nunca sabes a dónde ir. Todos los días igual.
— Es que me da igual, de verdad.¡A cualquier sitio!
—Pues nada, hoy decidiré yo, como siempre.


Y yo me callaba. Me callaba y nunca decía nada. Pues claro que me daba igual a dónde ir. Me daba igual con tal de estar contigo. Y eso es algo que tú nunca entendiste. Y por eso ahora, cuando quedo con alguien, siempre decido a dónde ir.


En cuántas cosas me has cambiado...